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El documental en la era de internet

Guía didáctica El documental / la no ficción 50

El documental en la era de internet

Onward Lossless Follows
Michael Robinson, 2017

Dos temas recorren la filmografía de este joven director norteamericano: lo personal y lo banal. Apoyándose en toda clase de imágenes extraídas de películas y series de los ochenta, conversaciones con su madre, imágenes grabadas en su habitación… el director siempre plantea la misma pregunta: ¿qué resultado se obtiene de una suma de momentos e imágenes banales? Si las imágenes son aparentemente triviales o de poca trascendencia, ¿la película también lo será?

El documental en la era de internet

Destroy the Face. Beat Gender
Quiela Nuc, 2017

Su autora describe esta pieza como una “rave identitaria”. A partir del desenmascaramiento de las técnicas informáticas que permiten adivinar la identidad de un usuario descifrando los rasgos de un rostro, Quiela Nuc propone una pieza que desmantela dichas técnicas en la que las caras desaparecen para dar paso a cuerpos en lucha.

El arte posinternet es para muchos la respuesta de muchos artistas a la era de la conectividad digital. El cine posinternet asume que el autor vive en las dos realidades, la física y la virtual, donde ya no existe separación y, por lo tanto, el creador no puede abstraerse a la inspiración que le genera la web ni sus aplicaciones móviles ni la influencia de los contenidos y estéticas vistos en ellas.

Si antes hablábamos de directores que quieren darle valor a lo cotidiano; lo cotidiano ahora ha mutado, lo cotidiano es internet. Esta clase de no ficción es todo lo que hemos visto a la vez: es found footage, video diario, cine del yo, cine ensayo… todo y todo a la vez. Esta clase de piezas audiovisuales se caracterizan por querer replicar la interfaz de nuestras redes sociales, de nuestros teléfonos o de nuestra pantalla de ordenador: ¿cuántas pestañas somos

capaces de tener abiertas a la vez?, ¿cuántas pantallas consumimos a diario?, ¿somos capaces de recibir información de manera simultánea sin saturarnos? Entonces, ¿por qué no vamos a tolerar el visionado de una película que mezcla hasta seis pantallas al mismo tiempo? ¿nos parecerá en ese punto irritante? En esta pregunta es donde se encuentra la razón de ser de este subgénero.

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